Érase una vez, hace mucho, mucho tiempo, el agua en la Tierra era dulce y cristalina. No existía el mar salado que conocemos hoy. Pero, ¿cómo se convirtió el agua en salada? ¿Cómo llegó la sal a nuestros mares y océanos?
Todo empezó con la lluvia, esa que cae del cielo y moja nuestras cabezas y ropas. La lluvia comenzó a caer sobre las montañas y las rocas, en el suelo y en los árboles. Y cuando la lluvia tocaba las rocas, algo mágico sucedía.
Las rocas estaban llenas de minerales, como el hierro, el calcio y el cloruro de sodio, que es la sal de mesa que usamos para cocinar. Cuando la lluvia caía sobre las rocas, las gotas de agua disolvían estos minerales y se convertían en agua con minerales disueltos.
Luego, el agua con minerales se filtraba lentamente por la tierra, hacia los ríos y los lagos. El agua dulce que corría por los ríos comenzó a llevar consigo minerales y sales, y así, se mezclaba con el agua salada que había en el mar.
Este proceso se llama erosión y es como un viaje largo y lento. Las gotas de lluvia erosionan las rocas y los minerales, los llevan a lo largo de los ríos y finalmente, los depositan en el mar. Es como un viaje en busca de un hogar, y ese hogar es el mar.
El agua del mar es salada porque lleva siglos y siglos de minerales acumulados. Millones de millones de gotas de lluvia han erosionado y transportado minerales a los mares y océanos, y es por eso que el agua del mar es salada.
Pero, ¿sabías que el grado de salinidad del mar no es el mismo en todas partes? Es como la sopa que preparamos en casa, no siempre tiene el mismo sabor. En algunos lugares, el mar es más salado que en otros, porque hay más o menos minerales disueltos en el agua.
Además, no todas las sales son iguales. Hay diferentes tipos de sales en el mar, como el cloruro de sodio, el bromuro y el sulfato. Estos minerales son importantes para la vida en el mar, ya que son el alimento de algunos organismos marinos.
¡Así es como el mar se hizo salado! A través de un proceso lento, pero seguro, de erosión y filtración, el agua dulce de los ríos se mezcla con el agua salada del mar, creando ese sabor único que todos conocemos.
Nos vemos en un próxima aventura.
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