Introducción a la Formación de Hábitos
Muchos libros sugieren que se necesitan 21 días para formar un nuevo hábito, pero esta idea es un poco engañosa. Construir hábitos es un proceso continuo; nuestros hábitos se fortalecen o debilitan diariamente según cuánta atención les prestemos.
Primera Fase: La Luna de Miel
La formación de un nuevo hábito comienza con un período conocido como la luna de miel, que es cuando la motivación está en su punto más alto. Esta fase a menudo se dispara por algo que nos inspira profundamente, como un libro motivador o una conferencia inspiradora. Durante los primeros días, el entusiasmo es alto y la tarea parece fácil.
Segunda Fase: La Lucha
Después de los primeros días, empiezan a aparecer desafíos que ponen a prueba nuestra determinación. Aquí es cuando “Esto es fácil” se transforma en “Esto es más difícil de lo que pensaba”. La mayoría abandona en esta etapa crítica. Para superarla, es útil seguir varias técnicas:
Ritualización
Crear rituales diarios puede ayudar a estabilizar los nuevos hábitos, especialmente en los fines de semana o en momentos menos estructurados.
Reconocimiento de la Fase
Es crucial reconocer cuándo has entrado en la fase de lucha. Aceptar y enfrentarse a esta realidad te prepara mejor para manejar los desafíos.
Preguntas Reflexivas
Hazte preguntas como “¿Cómo me sentiré si gano esta lucha? ¿Y si la pierdo?”. Estas preguntas te ayudan a centrarte en los resultados emocionales, lo que puede motivarte a persistir.
Proyección de Vida
Visualiza cómo podría ser tu vida en cinco años si sigues o abandonas tus esfuerzos. Este pensamiento te ayuda a ver el valor a largo plazo de ganar tus luchas personales.
Tercera Fase: Segunda Naturaleza
Una vez que un hábito se consolida, se necesita menos esfuerzo para mantenerlo. Sin embargo, incluso en esta etapa, hay amenazas potenciales:
Monstruo del Desánimo
Puede que no veas los resultados esperados de inmediato, lo cual puede ser desalentador. Es importante recordar que el progreso no siempre es lineal.
Seducción del Éxito
Cuando observes algunos éxitos, puede ser tentador relajarte y volver a viejos hábitos. Es clave mantener la guardia alta y continuar con el compromiso.
Interrupciones
Ya sean enfermedades o vacaciones, las interrupciones pueden desviarte. Es esencial retomar los hábitos gradualmente para evitar el desánimo.
Conclusión
Crear y mantener nuevos hábitos es un viaje continuo. Comprender las diversas etapas de este proceso y cómo manejar cada una de ellas puede equiparte mejor para lograr un cambio duradero en tu vida.
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