¡Hola niños! Hoy les voy a contar sobre los tornados. Pero antes, ¿sabían que el mundo está lleno de sorpresas y cosas maravillosas para descubrir? A veces hay cosas que pueden asustarnos, pero si sabemos cómo funcionan y cómo cuidarnos, entonces podemos apreciar su belleza y maravillas. Ahora, presten atención a esta breve historia.
Hubo una vez en un pequeño pueblo llamado Villorreatos. Los habitantes de este pueblo vivían en paz y tranquilidad en sus casitas de madera y ladrillos. En el cielo reían las nubes, los árboles bailaban con el viento y todos estaban felices.
Pero un día, comenzaron a ocurrir cosas extrañas. El cielo se venía color gris y los rayos y truenos comenzaron a salir entre las nubes. Luego el viento empezó a soplar más fuerte que de costumbre, como si algo estuviera pasando. Algunos de los habitantes comenzaban a temblar pensando en lo que podría estar pasando.
El mismo señor Dios vio desde el cielo lo que estaba sucediendo. Al extremo de ese remolino de nubes grises, vio como una enorme y gigante columna de aire caliente se elevaba con fuerza arrastrando a su vez nubes y agua, para formar una gran tormenta. Fue allí cuando comenzó a formarse un gran tornado, una columna violenta y rotatoria de aire que se extendió desde la tormenta hacia la superficie de la Tierra, en dirección a Villorreatos.
El tornado giraba con tanta fuerza y velocidad que a veces se escuchaba un fuerte ruido como de un tren loco acercándose. Puede que les parezca un poco aterrador, pero créanme, no hay mayor lienzo para las obras de arte de la naturaleza que el cielo.
Entonces, el tornado se desplazó con fuerza, derribando árboles y casas a su paso, la gente se asustó, pero tomaron medidas para protegerse en lugares seguros. Se metieron en refugios debajo de la tierra, se quedaron en cuartos pequeños de las casas y esperaron a que el tornado pasara para luego ayudarse entre las familias para limpiar los escombros.
Después de varios minutos de paso, el tornado se desvaneció y los rayos del sol comenzaron a brillar nuevamente en Villorreatos. Los habitantes, naturalmente asustados, pudieron salir de sus refugios para ver el camino del tornado y aplaudieron porque se habían cuidado y se prepararon para enfrentarlo. Ese día aprendieron que, a pesar de que la naturaleza es poderosa y a veces da miedo, cuando nos cuidamos y nos preparamos podemos hacerle frente y seguir viviendo en paz y tranquilidad.
Desde entonces, la gente de Villorreatos comenzó a apreciar la tormenta no como algo aterrador sino como una obra maravillosa de la naturaleza. Cada vez que veían esos cielos grises y escuchaban el viento y los truenos, se preparaban y cuidaban, pero también sabían mirar con asombro y admiración el gran espectáculo que Dios había creado en el cielo.
Así como esta historia, es importante que todos nosotros también aprendamos acerca de los fenómenos de la naturaleza y siempre sigamos las instrucciones de las personas que saben qué hacer en estas situaciones, para que podamos disfrutar de esta maravillosa obra de arte por siempre.
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Nos veremos en una próxima historia.
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